Vivencias en mi azotea

Vivencias en mi azotea

Observando un bando de palomas, me hiciste reflexionar. Ellas salen de un punto y graciosamente dan vueltas alrededor de las casas, parece como si hicieran malabares; se intercambian de lugar pareciendo de lejos una masa grisácea y blanca tomando formas increíbles. Son una delicada diferencia entre el azul y el blanco bello del cielo y las nubes.

Peo observa que casi siempre hacen el mismo recorrido – y pienso- ¿no se cansan de ver los mismos tejados? Si son libres ¿Por qué no van a la rivera de un rio o cerca de un campanario exuberante? Pero siento dentro de mí la enseñanza de mi amado Salvador:

“La riveras de los ríos y los campanarios ya tienen sus aves dispuestas alrededor. Allí hay nidos con polluelos preparando su plumaje para volar. Yo he dispuesto el tipo de ave que debe vivir acorde a las circunstancias. Ninguna de ellas perece, pues están preparadas para sobrevivir, y no solo eso… Disfrutan del lugar donde yo las coloqué.

Las gaviotas son del mar, el pájaro carpintero vive donde el palmar les permita hacer sus agujeros; los gorriones están en la ciudad, cobijándose entre las tejas acanaladas de las casas; el tomeguín canta en el monte espeso, donde el ruido de la civilización no le estorbe su cantar, pero también lo hace para personas quietas que estén dispuestas a escuchar su melodía incomparable.

No te extrañe ver el bando de palomas haciendo el recorrido, tal vez parezca aburrido a los ojos de la gente. Puedes pensar: ¡siempre dan la vuelta en el mismo lugar! .Pero lo que yo quiero que entiendas es que ellas son las que adornan ese pequeño círculo… ese espacio que parece insignificante. Mira si es así, que tú te detuviste a verlas. Y el vuelo de ese día cumplió su propósito: ELLAS VOLARON PARA QUE TÚ PENSARAS EN MÍ.

Ahora te pregunto: ¿Te parece muy estrecho e insignificante el espacio en que vives? ¿ Te parece casi bobo que tengas que hacer lo mismo cada día, sin cambios, sin grandes cosas?.

Pues levanta tu vuelo de fe, amor, destila gracia y misericordia. Pero no intentes cambiar el lugar. Ya otros lugares están ocupados, ¡Allí estás tú!.

Eres alguien que adornas, no que perturbas. Yo te he preparado para soportar el clima, simplemente quiero que seas libre, y que disfrutes mi compañía. No te apures, a su tiempo, otros te verán… Y PENSARÁN EN MÍ.

YO TE AMO

Autora: Hilcelia Nieblas Velázquez

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3 Comentarios en “Vivencias en mi azotea

  1. Gracias Dios por tu amor y cuidado,si te preocupas por las aves,cuanto mas de nosotros tus hijos,tus amados,comprados por precio de sangre,por cada cosa q nos permites vivir,por hacernos especiales…Gracias DIOS¡¡¡¡

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