SÓLO EN TI
Como nubes turbulentas que pretenden atraparme
Y robarme la paciencia que me has dado tú, Señor;
Como fuertes aluviones que se tornan asfixiantes
E interrumpen el camino del encuentro en el amor…
–
El horrible y cruel calvario que vivimos, oh Señor,
Se entremezcla con nostalgias y esperanzas de ilusión;
Damos pasos casi a ciegas, para poder subsistir,
Pues tu luz será lo único que alimente este vivir.
–
Te aproximas a nosotros…y un aliento tú nos das,
Para seguir adelante sin temor a claudicar…
Nos abrazas como el Padre bondadoso con pasión,
Enrutando el segundero del reloj del corazón.
–
Late entonces, fuertemente nuestro triste corazón,
Retornando en un suspiro nuevamente la ilusión,
Porque estás aquí presente cual milagro del amor,
Porque estás calladamente, dándonos tu bendición.
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Autora: Dora María Cárdenas Montoya