Reloj de arena.
La vida es un reloj de arena, que se invierte al ritmo de un suspiro.
Un día llegás de vacaciones con los ojos impregnados de maravillas. Mientras estás contando, lo que el hombre ha invertido para relacionar paisajes y turistas, un insignificante dolorcito te da a pensar en la última galleta, el último caramelo o el helado de paso, a la vera del camino…y te vas a desarmar los bolsos y la maleta.
Dos meses de vida es el pronóstico y una reposera que durante mucho tiempo había permanecido allí vacía. Un jardín un poco abandonado; el pasto alto… el alarido del suelo reclamando del agua la aridez de la ausencia… Y el absurdo reloj de arena que se invierte y que retoma. Ha empezado la cuenta regresiva, a contrapelo del tiempo… ahora es torbellino…
Lo primero que pensás es en la reposera… Treinta años compartiendo con tu cuerpo las mejores siestas. Las mascotas, las flores de la rocalla y los arbolitos que recién estaban madurando sus primeros frutos. Los momentos afortunados de la vida y la familia, que ya pasaron, como relámpagos en los ojos…Porque comenzaron a partir… muchos ya se fueron… algunos quedan.
A la hora de las recorridas, los cirujanos y enfermeras. Las sirenas de las ambulancias cortan en dos la noche de las emergencias. Entonces comienzan a llegar los familiares…los amigos… Los ausentes de siempre que nunca estuvieron, pero llegan…Y la ciencia allí, compartiendo los secretos del último suspiro…
El último recuerdo que me acuerdo de Dios, es que ya es muy tarde… y el perdónpor estar arrepentido… La Salvación de Cristo y vida eterna que se encuentra al final de este camino.
Autora: Tía Grey
