Realidades
Me presento en varios escenarios
Algunos son buenos, otros obscuros
En cada uno debo mantener la calma
Dejar que tu presencia llene mi alma
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Si el escenario me muestra mis errores
En lugar de hundirme en ellos
Recordaré tu infinita gracia
Y confesaré cada una de mis faltas
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Me mostrarás lo bueno y lo malo
De las decisiones que he tomado
Pero sólo una petición hoy te digo
Toma mi mano y moldéame Dios Mío
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Cada día mis ofensas deberé confesar
Para que nuestra comunión no se interrumpa
Aprendiendo a ser como tú
Sin importar lo que deje atrás
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Más allá de lo que pueda pensar
Aún más fuerte de lo que logre expresar
Hay algo en mí que no puedo contener
Hace que mi alma ceda y vuelva a nacer
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Toma mi vida, moldéala día a día
Aunque sé que tu luz en mis obras veré
Me revelará lo que hay en mi ser
Y por fin en ti creceré, mi fruto de amor te daré!
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Autora: Gloria Guajardo García
Sincera exclamación de la profundidad del alma, que expresa de modo diáfano la aspiración humana de retornar a Dios, de parecerse a él, de encontrarlo. Por eso le pedimos, y exclamamos las cosas más diversas, como “moldéame”; es un grito-oración; entretanto que cargamos una naturaleza que reaclama sus derechos de autor en la carne y en el alma humana.
Esta oración es una demarcación del terreno, una definición de posición respecto del mal, y que es sólo el inicio de una lucha que no acaba.
Palabras tan hermosas reflejan la belleza del alma que busca con honestidad la dirección del Espíritu, y entre rimas y prosa nos llevas a los lectores no solo a deleitarnos con la hermosura de los versos o las rimas ingeniosas, si no a confrontar la realidad en que vivimos y darnos cuenta si estamos o no dejando las riendas de nuestra a vida a quien se la debemos, a darnos cuenta de que Dios es el alfarero y como al barro el nos dará forma y finalmente a menguar, para que florezcan sus frutos. Gracias por tus versos