Quizás hoy sea el día Señor, que escuches mi clamor

Habrá considerado la oración de los desvalidos, Y no habrá desechado el ruego de ellos.

Salmos 102:17-18

Quizás hoy sea el día Señor, que escuches mi clamor.
Quizás hoy sea el día OH Dios, seré libre por tu amor.

–

La esperanza me levanta, mas tu agua me hace falta.
La esperanza no me olvida, más me acaba la fatiga.

–

Solo dame una palabra, quizás hoy mi cielo se abra.
Solo marca el camino, y escucha al desvalido.
Incontables son mis días, que claman por tu vida.
Incontable es mi ruego, ven y apaga éste fuego.

–

Has a un lado tu justicia, toma hoy mi vida.
Has a un lado mi valía, que muero por mi herida.

–

No mires que no valgo, solo hazme salvo.
No mires que he pecado, redime mi pasado.

–

Dame un poco de tu aliento, que muero en el desierto.
Dame un poco de razón, di que existe salvación.

–

No permitas sea enterrado, ni mi aliento arrebatado.
No permitas sea olvidado, tal vez sea tu siervo atormentado.

–

Hay algo en mí que no se rinde, tal vez sea tu amor.
Hay algo en mí que es mi motor, tal vez sea tu calor.

–

A los desvalidos:

El Señor es bueno y jamás rechazará un corazón contrito y humillado. No importa tu pecado, no importa tu pasado, solo clama con todo el aliento que te quede y Él responderá.

–

A los creyentes:

No importa cuántas veces has pedido su favor. Sigue rogando, tal vez sea hoy es el día que regale su milagro. Derrama tu ser en oración y entrégale a Él el resto. Aunque no lo sientas, aunque nada puedas ver; porque es por Él, no por ti.

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Autor: Richy Esparza

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