¡NO TE RINDAS!
Hablaré estás palabras a tú Corazón, para darte fuerzas y valor.
No te rindas amada mía, paloma mía, que contigo quiero estar.
No te rindas pequeña que a tu lado voy a estar.
No te rindas amada fiel, que en mis brazos te llevaré.
No te rindas amada fiel que cada día y noche te demostraré que mi amor por ti es más fuerte cada vez.
No te rindas pequeña, que tu amado por ti peleará, y cada noche por ti velará.
No te rindas que tu amado por ti atravesara los montes y collados y en sus manos te tomara.
Amada mía escúchame, yo se que el camino duro es, yo se que el enemigo te quiere separar de mi lado, yo se qué el cansancio invade tú corazón y el desanimo quiere llamar tu atención.
Amada mía quiero que sepas que yo no me rendí, al venir y morir en aquella cruz, no renuncié al amor que sintió mi corazón por ti.
Pequeña amada no te rindas y lucha día con día. Lucha por llegar a nuestro encuentro y al final junto por siempre estaremos.
Amada mía nunca te dejare solo(a), todos los días contigo estaré y a tu lado luchare.
No te rindas que el tiempo cerca está y a tu amado verás.
Sigue peleando la batalla de la fe que el día cercano está y a mi lado llegarás.
Y con estas palabras de amor a tu corazón quiero llegar y hacerte recordar que mi amor por ti nunca se rendirá.
P.D: Te amo pequeña paloma, pequeña amada mía y te diré que mi amor por ti nunca se alejará.
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Atte.: Tú amado Jesucristo.
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Por: Leonardo Daniel León E.
2:11 Porque he aquí ha pasado el invierno,
Se ha mudado, la lluvia se fue;
2:12 Se han mostrado las flores en la tierra,
El tiempo de la canción ha venido,
Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.
2:13 La higuera ha echado sus higos,
Y las vides en cierne dieron olor;
Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.
2:14 Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes,
Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz;
Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.