INTERROGATORIO
Era domingo
y acaba de ingresar al templo.
Iba con paso lánguido
y rostro de preocupación.
Avancé hasta el vestíbulo
y de pronto detuve mis pasos.
Percibí la presencia de alguien
a mis espaldas.
Giré sobre mí mismo
y descubrí que frente a mí
se hallaba un viejo conocido
al que no había visto
hace mucho tiempo por el lugar.
–
Con molestia mal disimulada
me atreví a indagarle:
¿qué había pasado con él?
¿por qué ya no se congregaba
como en un comienzo
cuando recién conoció a Jesucristo?
¿Por qué se había convertido
en un creyente esporádico?
¿Por qué había pasado
de lo cálido a lo tibio?
¿Dónde había abandonado
su primer amor por el Señor?
¿Dónde su confianza en Él?
¿Donde su fe ante las pruebas?
¿Dónde su hambre por la Palabra?
¿Dónde su sed por el agua
que solo emana de Jesús?…
¿Y por qué ahora
que necesitaba un favor
regresaba a buscarlo al Señor
como si Éste fuera
el 109 de emergencias?…
–
Fue una andanada de interrogaciones
a las que el individuo no contestó
Solo se limitó a bajar su mirada.
–
Entonces sintiendo
una mezcla de pena y molestia por él
quise apartarme de su camino
dejarlo allí plantado
pero no pude
percibí que empezaba a seguirme.
–
Recién en ese momento me di cuenta
que yo había estado solo,
hablando frente a un espejo.
–
Autor: William Brayanes
La Verdad, quede sorprendido y cuantos de nosotros estamos propensos a esa realidad si no estamos firmes en la roca que es Cristo?. Bendiciones hno. Brayanes
excelente mensaje, para cada los hnos que un dia se comprometieron con NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO y con el tiempo se apartaron del primer AMOR de Dios. Les deseo muchas bendiciones hno Brayanes