El mas indigno…
Amaneció una vez más,
El sol se despertaba brillante sin igual,
Un cielo despejado,
Con un celeste Vivo y caluroso,
Sin duda el augurio
De un día hermoso.
–
Y sin embargo llovía,
Llovía en mi interior,
Las gotas eran un poco saladas,
Mas parecían lagrimas…
Cada vez que miraba al cielo,
La tormenta se intensificaba,
Y es que no podía dejar de pensar,
En lo despreciable que soy…
–
Viendo un paisaje tan hermoso,
Recordando tus milagros,
Todos los regalos que me has dado,
Y por como yo te he pagado…
Con cada pecado,
Un clavo más en Tus delicadas manos,
Un azote más en esa espalda
Que llevó toda mi carga,
Sin duda despreciable soy…
–
Pienso en cada persona a la que he causado daño,
En cada palabra dicha con la que corazones he golpeado,
En cada acción con la que he defraudado
Y he desagradecido a los que me han apoyado,
Con cada una de ellas, una gota de sangre más…
–
Despreciable es la palabra,
La que el enemigo hace resonar
En el interior de mi corazón…
Quisiera refutar esa palabra,
Pero es una realidad,
No puedo luchar contra esa verdad,
No hay palabras con las que pueda lograr,
Esa triste situación cambiar,
Si con mis acciones todo sigue igual…
–
Y aun así en medio de la tormenta,
En medio de mi interior y el dolor,
Entre tanto pecado y acción con la que te fallo,
Te puedo sentir a mi lado abrazándome,
Diciéndome que esa palabra no importa,
Que Tú me has amado sin importar nada,
Me has dicho que esas lágrimas,
Expresan un dolor que prueba mi amor por ti,
Que por eso Tu estas allí,
Que es mi corazón lo que Tú ves…
–
Y siendo yo así, despreciable,
Me has otorgado un llamado grande,
Por eso Padre,
No quiero que la lluvia interna se detenga,
Porque esta me motiva y me recuerda
De lo mucho que necesito de Tu Gracia y Perdón,
Y tampoco que ese día y cielo hermoso acaben,
Porque estos me motivan y me recuerdan
De esa meta Eterna e infinito Amor
Por los cuales debo de luchar…
–
Soy incapaz de asegurar que no volveré a pecar más,
Pero no permitiré que mi carne despreciable,
Te aleje de mi JAMAS!
–
Eres todo lo que tengo,
Y el que en medio de la tormenta,
Llena de calor, mi frio interior,
El que me ha robado el corazón…
–
Aún recuerdo ese día,
Cuando en el peor momento,
Cuando yo más te había fallado,
Cuando yo más te había azotado
Con mis pecados,
Y yo no deseaba tu perdón,
Porque realmente me sentía inmerecedor,
Recuerdo tus palabras que perforaban mi corazón,
“no importa, Yo te amo!”
–
Por ello cuenta conmigo,
Haré todo lo que pueda,
Soy el más indigno
Y por ello tú mayor deudor,
Pagaré cada día,
Talves nunca logre el precio completo,
Pero deseo ser todo lo que Tu soñaste que fuera,
Cumplir con amor la labor que me has entregado,
Por esto y más, yo también te amo,
Acepto ese llamado,
Y sé que tu lucharas a mi lado!
–
Autor: José Alvayero