CONSECUENCIAS

Alza tus ojos, levanta tus manos, la batalla apenas comienza. Lava tu rostro, despierta de esa pesadilla que tú mismo ocasionaste. Suelta las sabanas, todo eso que te ata; quita tu pijama, ya no eres un niño, vístete de sabiduría. Ha llegado la hora de verte al espejo, no es agradable lo que ves; detente, mira con precisión para que al cerrar la puerta no olvides lo que verdaderamente eres.

Peregrino, avanza sin temor, que cada uno de tus pasos no quede marcado en la arena del mar, sino como tallados en rocas. Es una guerra a muerte, todo se te está permitido, pero no todo te dará la victoria. No vayas más allá de lo que está escrito.

Las horas han pasado, y tu cuerpo está cansado. La energía no se crea ni se destruye, pero en ti se ha agotado. El camino cada vez se te hace más largo, tus pies se empiezan a debilitar, tu paladar está seco como la tierra estéril, sientes una sed insaciable y aun peor es la sensación de no haber logrado tu objetivo.

El tiempo se ha agotado, tu piel ya no es la misma, se torna ajada, tus cabellos perdieron el brillo, tu estatura se ha disminuido en 3 cm, tu sonrisa ya no es natural, tus ojos se ven cansados, todo como resultado del juego que tú mismo una mañana empezaste, ese juego que se te salió de las manos por entregarle los dados a tu enemigo.

Autora: Jaidy Marjorie Jácome Lindarte