CALVARIO QUE VIVIFICA

Ese calvario que a diario has recorrido,
con esa cruz a cuestas y sin desfallecer,
ese calvario que duele y debilita,
pero a pesar de todo , no te deja vencer.

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Ese calvario que a veces te reclama,
que a diario te somete, y atrapa tu sentir;
ese calvario ha sido tu esperanza ,
ha sido simplemente razón para existir.

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Hacia el camino del Gólgota le encuentras
sufriendo en tu silencio la gran desolación,
Nada reclamas, pues en Cristo te aferras
para no claudicar en llanto y aflicción.

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Tal vez hacia el calvario, cargando en desaliento tu cruz sin descansar
Encuentras en tropiezos la voz del desconsuelo
Y tus horas eternas no logran avanzar;
Tan sólo un cirineo se aproxima a ayudarte
Para que en un segundo aliento tomes ya,
Para que simplemente tu cruz retome el paso
de tus fragilidades y tu cruel realidad.

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El camino se torna cada vez más pesado
y tus pies fatigados sus pasos muertos dan;
tu rostro lacerado y tu corazón contrito
sólo anhelan por siempre ver la luz celestial.

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Regocija tu alma, una alondra que llega
a posarse en tu aliento y a estremecer tu ser
ella trae preludios de noticias lejanas,
ella trae la esperanza, ella trae el perdón,
ella trae ése bálsamo que sane tus heridas,
para que recuperes la paz en el Señor.

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Tu corazón renace y aceleradamente palpita en tu interior
al sentir el aliento que refresca tus penas
y recobrar la vida en un soplo de amor;
al sentir que allá en Cristo, de nuevo te sustentas
porque siempre El ha estado, esperando por ti.
ensanchando su tienda para que en ella habites
Y por eso de nuevo… te ha invitado a vivir.

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Autora: Dora María Cárdenas M