BUENOS AIRES
Aires copiosos de ansiedad por llegar a fin de mes.
Aires con paredes enfermas de corrupción, aires con hilachas de errores.
Aires de podredumbre, gargantas que duelen esperando la justicia aletargada.
Aires con estigmas de abandono y violencia.
Aires de indigencia, limpia vidrios, pegamento y vino.
Aires rosados de trivialidades.
Buenos Aires, mi ciudad, también soy culpable.
No nos cansemos de hacer el bien:
porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
Gálatas 6: 8-9.
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Autora: Claudia Arevalo