Abba, vuelvo
Padre, te amo.
Tu voz es como estruendo de olas de fuerza en el mar,
Así avivas a mi espíritu, así sostienes mi esperanza, así revives a mi alma.
La luz de tus ojos me hace entender el camino, y paso a paso tu voz me enseña el destino.
Cuando ves a mi corazón, sólo sé que necesito tu perdón.
De haber olvidado, de haberme ido, de haberme detenido, de no estar cerca.
¡Abba, no me iré!
¡Abba, abrázame!
¡Abba, sólo veo temor lejos de ti!
Abba, vuelvo a ti, y nada te diré, tú solo hablarás y yo te oiré.
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Autora: Eunice Rivera Cárcamo