¿A quién más puedo ir?
¿Cómo podría expresarme?,
¿Qué palabras de consuelo me quedan?,
Al parecer solo el silencio resta…
–
Ya no tengo más palabras de alegría,
He agotado los recursos que creí que tenía,
La marea de la vida me ha vencido…
–
Señor indigno soy…
Pero, ¿a quién más puedo ir?
Escúchame y vuelve a mí,
Abrázame una vez más así…
Así como sueles hacer,
Con tus brazos llenos de Calor,
Llenos de amor.
–
He deseado dejar de vivir,
Los días se vuelven noches frías de soledad,
Ya no me queda paciencia para esperar…
–
Despierto cada día luchando con el dolor,
Pensando más que en vestimenta,
En la sonrisa falsa que he de usar…
–
Señor indigno soy…
Pero, ¿a quién más puedo ir?
Escúchame y vuelve a mí!
Abrázame una vez más así…
Así como sueles hacer,
Con tus brazos llenos de Calor,
Llenos de amor.
–
Padre aun cuando todo me fuese quitado,
Mis anhelos, mis sueños destrozados,
Solo en ti hallare esperanza,
No me deseches aun,
Que a ti se vuelca mi corazón.
–
Señor indigno soy…
Pero, ¿a quién más puedo ir?
Si solo Tú eres el dueño de mi amor
La razón de mi vivir.
–
Autor: Jose Alvayero
sin duda es el unico en el que podemos acudir aunque fallemos no nos queda otra salida que buscarlo, arrepentirnos llegar alos pies de Él aunque nos sitamos llenos de errores que nos acusan no podemos apartarnos de su amor solo en dios encontramos paz amor y perdon por medio de de Jesús.
José gracias por este poema que me ha bendecido mucho muchas bendiciones.
Hermosa composicion, si solo a El podemos ir porque el tiene tanto y tanto amor para dar, si lo buscamos con un corazon arrepentido y humilladop no nos dejara jamas, gracias mi Jesus.
Muchas veces nos detenemos ante las circunstancias difíciles de la vida, el sufrimiento nos paraliza, a veces ni siquiera pareciera que hicimos algo para merecer esa difícil circunstancia y su dolor… pero es justamente en este momento en el que a pesar de nuestras dudas, debemos recordar y tener claro, quien es el único en el que podemos confiar, lo merezcamos o no, El esta allí, y solo el puede librarnos del dolor, solo en El hallaremos esperanza