Tu eterna pradera
Soñare contigo, en las pradera de la eternidad, donde abunda el rocío, donde sobreabunda la paz,
cuando la promesa se hace realidad, cuando las sonrisas de los niños será compartida, y ya ni
el dolor tendrá cabida…
Y me llevarás a ese manantial, de donde podre beber el agua de la vida, y Señor, para aquel día,
no quisiera que durmiendo me halles, sino que soñando contigo, al abrir los ojos de mi
corazón, vea que ya no fuera sueño, sino el claro amanecer de mi eternidad, donde tus dulces
brazos me esperan,
y que me llevarás como un niño de tu mano, Oh mi dulce Jesús,
a mi hermosa morada, que entre mis lágrimas construía aquí en la tierra…
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Autor: Jhon Herhuay