Alimaña-Acontecimiento Real

Llegué a casa y me recosté, el cansancio me ganó otra vez, traté de mantener mis ojos abiertos pero Morfeo me daba caricias tan lindas que en un sueño profundo quedé.

Soñé que algo gigante y malévolo me perseguía, mi taconeo pesado no permitía que saliera de ese momento tormentoso y trataba, pero no podía zafarme esta vez.

Me tiraba varias veces contra la pared, se paraba en mi cara y decía cosas de mi lealtad hacia mi Jehová, ese sujeto destructor.

De pronto luz brillo, y ese ente desapareció, era mi Redentor, llegó justo antes que la alimaña acabara con mi prueba y justificación.

Me alegré tanto, que a sus pies me rendí, le di las gracias y alabé hasta que mi consorte me despertó, diciéndome que me fuera a dormir al lecho y dejara el canapé, donde yo me eché a reposar por tentación del cansancio que el trabajo provocó.

Autor: Jimmy Báez Jusino